Cuando joven, Jarabacoa era mi lugar mágico donde vacionaba con mi familia, cada año pasábamos Semana Santa y fines de semana rodeados de montañas y ríos. Siempre fue un ambiente donde se fomentó el amor y el respeto a la naturaleza, propicio para crecer y conocerse a uno mismo, al entrar en contacto con lo que el entorno te ofrece.

Mi conexión con los niños fue natural. Siempre supe que quería dedicarme a favorecer el desarrollo del carácter, la independencia, y el pensamiento crítico en los más pequeños. Me llenan de energía y sabiduría a la vez saber que yo los acompaño en su crecimiento y los oriento a sentirse bien con lo que son y descubrir sus capacidades, fortalezas y límites.

Mis primeras experiencias con campamentos de verano surgieron con tan solo 16 años. Aún recuerdo la sensación de sentirme en el lugar correcto, de entender que eso era lo que quería ser y hacer en la vida. No sólo quería rodearme y ser parte de ese momento de transición de esos chicos si no que me sentía en la capacidad de poder asumir y liderar programas. Sabía que estos programas ofrecerían diversión, crecimiento y orientación basados en experiencias transformadoras como parte de su formación académica y como complemento a sus aprendizajes. Mas aun en un momento en que la oferta de campamentos era muy limitada.

Campamento Baiguate surge el 1ro de julio de 1976 como una respuesta a la necesidad de un espacio donde los niños pudieran combinar la sensación de libertad que produce el verano, una naturaleza vibrante y un equipo de personas comprometidas desde el amor y el respeto a los niños, con la oferta de experiencias que los ayudan a crecer y probarse continuamente a sí mismos, identificando las actividades donde se sienten mejor.

Su nombre se debe al río que nos bordea y nuestro primer logo, una cotorrita de la zona que estaba entonces en peligro de extinción, nos acompañó muchos años. Nuestro lema QUIERO, se refiere a la fuerza que nos mueve a alcanzar el objetivo elegido. Creemos que es ese “quiero” con el cual debemos despertar cada día. PUEDO, reconoce que cuento con las herramientas para lograr lo que me propongo con fe y valor. Y SOY CAPAZ, lleva el QUIERO Y PUEDO a la acción y nos empodera.

Muchos niños han pasado por nuestro campamento, donde tantas veces he sentido que he hecho el papel de mamá o de tía, sin dejar de ser su líder o directora. Mis hijos se criaron también en ese entorno y de ahí ganaron grandes amigos y hermanos de vida. He visto muchos acampantes convertirse en hombres y mujeres de bien y he visto también cómo sus hijos hoy vuelven a vivir experiencias similares a las que vivieron sus padres.

Tener la oportunidad de tocar, inspirar y motivar a tantos a valorar la naturaleza y todo lo que esta tiene para ofrecerles, al igual que aprender a convivir en ella mientras la protegen, es parte del gran legado de la experiencia Baiguate. Mis hijos otro de mis legados, hoy están integrados al funcionamiento del campamento.

Por ultimo no puedo dejar de agradecerles a ustedes padres agradezco también a todo el equipo que me ha acompañado durante estas cuatro décadas, los padres que han confiado en nosotros y los miles de niños que llegaron una vez con curiosidad y porqué no, temores y se fueron llenos de experiencias y con un pedacito de Baiguate en el corazón. Gracias infinitas por la oportunidad de permitirme dejar mi legado en cada uno de los acampantes de Baiguate, se que cada verano será diferente al otro, pero se que todos tendran su magia y sus retos.

ESTELA ROS
Directora General